Pareciera que conforme más años tenemos la frase “no puedo bajar de peso” se vuelve habitual y más cuando queremos bajar de peso para estar radiantes para las fiestas de fin de año.
Quedaron atrás eso años en los cuales con solo dejar de comer pan de dulce o los taquitos en la noche, por arte de magia los kilos demás y la grasa desaparecían.
Pero algo nuevo y más complejo podría estar influyendo “los genes”.
Estudios recientes ponen bajo el reflector al gen IRX3, en pruebas con ratones se demostró que la deficiencia de éste condujo a una reducción del 30% del peso corporal.
Pero este gen no actúa solo, ya que el hipotálamo también tiene mucho que ver y en conjunto son los que están controlando nuestra sensación de saciedad, la generación de reservas de grasas, etc.
Para explicarlo de manera más sencilla es como si nuestro cerebro creyera que seguimos siendo cavernícolas que salimos a perseguir nuestra presa y que seguramente pasamos por grandes ayunos y que por ello tiene que generar grandes reservas de grasa para sobrevivir.
Algunos estudios han analizado a personas de origen europeo por medio de resonancia magnética y estudios de sangre y se ha detectado que muchos de ellos lo tienen y que se relaciona de manera directa a su peso.
Esto quiere decir que seguramente todos lo tienen, algunos de manera recesiva y eso hace que tengan menos probabilidad de subir de peso y generar grasas de reserva.