Gastroenterología / 15 marzo 2023

No confíes en el ajo negro para curar al Helicobacter Pylori

ajo negro y helicobacter pylori

En los últimos años se ha difundido información en redes sociales acerca la capacidad de del ajo negro para tratar el Helicobacter pylori (H. Pylori), en particular un tipo de ajo fermentado. ¿Esto es cierto?

 

Esa incipiente información ha servido para desinformar a través de Internet, donde solo muestran una imagen del artículo científico y prometen la receta para que curar sin ir al médico y con algo disponible en la cocina, cerrando con una invitación a comprar un producto, es decir están haciendo un contenido pagado.

 

Analicemos el artículo y veamos si es verdad.

 

El artículo mencionado fue realizado en condiciones controladas (in vitro), esto nos indica que fue realizado con ciertas cepas de la bacteria, y no se ha demostrado el mismo efecto en el cuerpo humano.

 

¿Y qué ha pasado desde entonces con las investigaciones del ajo y el Helicobacter Pylori?

 

Las investigaciones no se han detenido, en el año 2018 y 2019 se publican dos análisis importantes que brindan un análisis más robusto, y se reportan algunos beneficios del consumo del ajo para la erradicación del H. Pylori, mejoría en la cicatrización de las ulceras pépticas ocasionadas por esta infección y probablemente la reducción de la posibilidad del desarrollo de cáncer gástrico.

 

En ambos estudios los investigadores hacen hincapié en que los resultados son prometedores, pero todavía no se puede considerar como un único tratamiento ya que la evidencia es limitada.

 

Por lo tanto, los expertos recomiendan no confiar en el ajo negro como tratamiento para el H. Pylori y que por el momento no sustituye al tratamiento estándar.

 

Algunas recomendaciones

 

Si queremos gozar de los beneficios terapéuticos del ajo, lo más recomendable es que lo incluyamos en nuestra dieta diaria y llevar una alimentación balanceada.

Los suplementos de ajo negro también presentan efectos adversos al igual que el tratamiento tradicional, los más comunes son los mareos, náuseas y reflujo.

 

Lo más importante es detectar los síntomas a tiempo y acudir con su gastroenterólogo de confianza para que les brinde el tratamiento adecuado

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