¿Leche de camellos contra la diabetes? pareciera que es la nueva esperanza para luchar contra una enfermedad que se esta convirtiendo en una epidemia.
En países de medio oriente y Asia es muy común que por creencias populares se consuma la leche de camello para curar enfermedades como la diabetes, alergias, trastornos inmunes y hasta cáncer. Esto debido a sus propiedades nutricionales a la que le atribuyen grandes efectos antioxidantes.
Con anterioridad algunos estudios mostraron que la leche de camello fermentada tiene un efecto antidiabético al inducir la secreción de GLP-1 (péptido similar al glucagón-1).
Estos probióticos tienen características beneficiosas, pero los posibles mecanismos antidiabéticos siguen sin estar claros.
Los probióticos mejoraron significativamente los parámetros de glucosa y lípidos en sangre, así como los cambios morfológicos del páncreas, el hígado y los riñones.
Los probióticos mejoraron la función de barrera intestinal aumentando los niveles de bacterias productoras de los ácidos grasos de cadena corta.
Además, los probióticos aumentaron la secreción de insulina a través de la secreción de GLP-1, una hormona intestinal que favorece la producción de insulina
Buscando evidencia encontramos que se han realizado 430 estudios en humanos, pero solo 24 tienen criterios suficientes para considerarse relevantes. En todos ellos la evidencia no fue contundente para considerarse como un tratamiento eficaz en ningún tipo de enfermedad
Recordemos que la diabetes es una enfermedad que tiene factores hereditarios, pero también está fuertemente relacionados con nuestros hábitos de salud.
Los efectos benéficos de la leche de camello es una gran esperanza para tratar una enfermedad cada vez más frecuente, pero no deberíamos esperar que sea la solución a la enfermedad y bajo ningún motivo debe sustituir el tratamiento indicado por el médico.
Por ello los invito a cuidar su peso, llevar una dieta balanceada y a realizar ejercicio de manera constante, con ello evitaremos la diabetes y sus complicaciones como el daño renal y el hígado graso.