La aspirina se ha relacionado con múltiples beneficios en diversas enfermedades y al parecer la aspirina es benéfica para el hígado graso.
2020 el año más anunciado ya que se estimaba que a partir de este año la mayor causa de trasplante de hígado sería por esteatosis hepática.
Hasta hoy no hay una cura a base de fármacos, lo cual hace más complicado su control ya que todo es en base al compromiso que tengamos de cuidar nuestro peso, adquirir hábitos alimenticios saludables e incorporar el ejercicio a nuestra vida diaria.
Las investigaciones realizadas indican que el consumo regular de aspirina este asociado a menor incidencia de hígado graso y cirrosis, esto en comparación con consumidores regulares de aspirina.
Para llegar a estos resultados se evaluaron a 361 adultos diagnosticados con hígado graso confirmado por biopsia y dando seguimiento por 9 años.
Para poder llegar a estos beneficios se requiere que por lo menos el consumo de aspirina sea de 4 años, implicando que pueda provocar algunos efectos adversos en la salud digestiva.
Los resultados pueden parecer alentadores, pero sigue sin ser una solución real a la enfermedad del hígado graso y que tal vez no todos los pacientes puedan ser candidatos a llevar un tratamiento tan largo.
El tener tan fácil acceso a las aspirinas nos brinda la idea de que podríamos empezar mañana mismo a tomarlas y esperar a que tengan su efecto protector, pero la realidad es que no debemos tomarla sin supervisión médica, ya que podría provocar falla renal, ulceras gástricas y duodenales.
Si ya tienen diagnóstico de hígado graso lo mas importante es apegarse a un plan alimenticio elaborado por un nutriólogo y realizar actividad física con regularidad. Si no están seguros si tienen hígado graso lo ideal es asistir a una evaluación médica y la realización de una prueba de diagnóstico (Fibroscan) para determinar el daño que pueda presentar el hígado y evitar complicaciones que pongan en riesgo su vida.